Explora lo mejor de la gastronomía mallorquina y disfruta de los platos más típicos de Mallorca como el tumbet, las panades o la ensaimada.
La gastronomía mallorquina es uno de los elementos esenciales de la cultura balear. Tanto es así, que podríamos decir que la cocina típica de Mallorca ha definido el carácter de los locales, su estilo de vida y sus tradiciones. Se trata de una cocina basada en el uso de productos locales del campo, en ocasiones combinados con carnes y pescados de la mejor calidad, como los que puedes encontrar en el Restaurante Jacaranda de nuestro hotel Finca Serena Mallorca, un hotel de 5 estrellas en Mallorca donde sumergirte en la serenidad del paisaje de la isla.
Gastronomía típica de Mallorca
Empanadas y cocarrois: la base de la cocina de las islas
Las empanadas (panades y cocarrois) son uno de los productos con más historia de la gastronomía de Mallorca y que mejor nos permiten disfrutar de las materias primas locales. Estos dos platos tienen una elaboración similar —base de pasta con relleno de verduras y otros ingredientes—, pero cada uno presenta unas peculiaridades que los hace únicos y deliciosos.
Aunque el origen de las panades podría remontarse a la época romana, cuando la conservación de los alimentos era esencial, se cree que tienen sus raíces en la cocina judía. Para poder cumplir con las leyes dietéticas judías, las panades se elaborarían con cordero en lugar de cerdo, pero durante la conversión forzada de los judíos al cristianismo, esta receta tradicional judía se adaptó para incluir ingredientes que permitirían comprobar que dicha conversión se hubiera producido, como la sobrasada o la carne de cerdo. Tradicionalmente, las panades se elaboraban durante las fiestas de Pascua, aunque hoy en día las podrás encontrar en todas las panaderías y supermercados de la isla durante todo el año. La receta tradicional incluye guisantes, cebolleta, panceta, carne de cerdo o cordero y sobrasada, aunque también se elaboran panades de pescado o de verduras. Disfrutarlas con una copa de vino de la tierra es una de esas experiencias que no puedes dejar de disfrutar.
La historia de los cocarrois también se remonta a la época romana y puede considerarse una versión vegetariana de las típicas panades. Con una forma de medialuna sellada con los tradicionales “plecs”, se rellenan de verduras típicas de la huerta mallorquina: repollo, coliflor, acelgas, pasas y piñones, todo ello aderezado con el mejor aceite de oliva. El resultado es una receta ligera y riquísima.
Tumbet y frit mallorquí: tradición y sabor con alma mediterránea
El tumbet y el frito (frit mallorquí) son dos de los platos típicos de Mallorca más reconocidos. El tumbet es un plato tradicionalmente elaborado durante los meses de verano, cuando la huerta mallorquina ofrecía todo el fruto del trabajo que los campesinos habían llevado a cabo durante los meses previos. Se elabora con una base de finas rodajas de patatas fritas, cubierta de otras dos capas de berenjena y calabacín frito también a rodajas. Todo ello se cubre con una salsa de tomate cocinada con pimientos rojos y ajos y se termina al horno en una cacerola de barro. Puede servirse como plato principal o acompañando un bistec de carne o unos huevos fritos.
El frit es un plato típicamente cocinado en los hogares mallorquines durante la Pascua, concretamente el domingo de Pascua, tras las semanas de Cuaresma que en muchas familias suponía la abstención de comer carne. Consiste en una mezcla de vísceras de cordero, patatas, pimiento y otras verduras, todo ello frito y sazonado con pimentón, sal y pimienta. Aunque lo encontrarás en la mayoría de menús de restaurantes de cocina mallorquina, lo mejor es degustarlo en el típico “variat” mallorquín: una especialidad de los bares con más historia de la isla que incluye una pequeña muestra de algunos de los platos más tradicionales del recetario balear.
Ensaimada: el emblema más dulce de Mallorca
La ensaimada es el dulce mallorquín que conquista a todos los paladares. Cientos de cajas con su típico cordel viajan miles y miles de kilómetros cada día de mano de los turistas que nos visitan y que desean llevarse un pequeño mordisco de la isla a su tierra. Su origen se remonta a la época de dominación árabe en Mallorca, aunque su receta fue adaptada a los gustos cristianos durante la reconquista del rey Jaume I. Como su nombre indica, el ingrediente fundamental de este típico dulce mallorquín es el saïm (manteca de cerdo), combinado con la harina de fuerza, el azúcar, huevos y agua. Un manjar único en su especie.
Su proceso es muy laborioso y requiere varias fases de fermentación que dan lugar a sus diversas variantes: lisa, cubierta de fruta escarchada y sobrasada o rellena de chocolate, crema pastelera o cabello de ángel. Reconocida con una Indicación Geográfica Protegida en 1996, hoy en día la ensaimada es un símbolo de identidad mallorquina que refleja la mezcla de culturas que caracteriza la historia de la isla.
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