En el corazón de la Sierra de Tramuntana, en lo que algunos llaman el “Valle de Oro” se encuentra Sóller. En el noroeste de Mallorca, Sóller comenzó su desarrollo durante el siglo XIX, cuando la zona se encontraba totalmente aislada del resto de la isla por las montañas, pero tenía un puerto desde donde se exportaban las naranjas. Ese puerto de nombre da vida actualmente a 44 km de superficie gracias al abundante cultivo de cítricos en el valle.
Un valle impresionante que nos ofrece el sorprendente Puig Mayor, la montaña más alta de Mallorca a 1.445m sobre el nivel del mar. Además, rutas cómodas donde poder recorrer sin problemas la isla. La Plaza de la Constitución se consolida como el corazón que late con fuerza en el pueblo; Bares y cafeterías que comparten la vista hacia la imponente iglesia de Sant Bartomeu.
En una casa señorial del siglo XVII conocida hoy como el terminal, podrás disfrutar de una tradicional experiencia en el ya reconocido Tren de Sóller, que realiza su trayecto hacia Palma 5 veces al día y permite revivir un viaje que se ha ido efectuando durante 90 años en carruajes de latón y caoba antiguos, lo que hace a este tren un vehículo muy particular que se inauguró en 1912 para transportar fruta hasta la capital. Hoy en día es una de las experiencias turísticas más singulares de la isla.
El arte es fundamental en el desarrollo de la historia y Can Prunera, edificio Art Nouveau restaurado ofrece una interesante selección de obras de arte, entre las que se encuentran Picasso, Kandinsky, Warhol, entre otros artistas locales. El Museo Balear de Ciencias Naturales y el Jardín Botánico nos invitan a conocer la naturaleza y la cultura conviviendo en un mismo lugar.
Un puerto oculto que hoy nos ofrece una historia creada desde lugares ocultos, arte, diversión y cultura de la buena vida mallorquina.